BYD fue acusado de hacerse pasar por Zeekr para robar tecnología, lo que desencadenó una crisis de confianza en la industria.

El artículo señalaba que una startup de ciberseguridad automotriz fue víctima de fraude y le robó su información técnica fundamental a un equipo que se hacía pasar por el "Equipo del Proyecto Geely Zeekr". Posteriormente se descubrió que este equipo, en realidad, pertenecía al equipo de seguridad de BYD. BYD negó el incidente y afirmó confirmar los hechos. Sin embargo, varios directivos de empresas de la cadena de suministro afirmaron que esta operación similar de BYD no era la primera vez y que se produjeron violaciones sistemáticas en la obtención de información técnica. Este incidente no solo pone de manifiesto los problemas de credibilidad de BYD, sino que también refleja las limitaciones técnicas y los problemas de ética empresarial en la feroz competencia de la industria de vehículos de nueva energía.